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Ojos de hielo

Armas de Destrucción Masiva

Por lo que parece, nunca se han encontrado en Irak las Armas de Destrucción Masiva (en adelante, ADM). Bien, no seré yo quién lo ponga en duda. Pero de lo que estoy segurísima es de que todos tenemos algún arma de éstas cerca. Dadas las circunstancias, actualmente yo tengo dos en mi poder. El más claro ejemplo de ADM es el móvil… Este instrumento multifuncional que ha conseguido invadir la intimidad de todos nosotros y romper el anonimato. Ya no hay excusas, cualquiera puede encontrarte.

El caso es que, sin negar la utilidad de estos aparatejos, pueden servir para destruir muchas cosas. Posibilidades de ligue, infinitas. Como una que yo me sé, que escribió un mensajito a su querido novio en el cual no decía precisamente lindezas de la que suscribe y … Oh sorpresa! Un error hizo que el mensaje me llegase a mi. O como aquella vez que chico mensajea chica contando que estaba con noseque amigo en la biblioteca, y la chica escribe a la amiga poniendo al otro de gay, drogadicto y no se cuantas cosas más, y de nuevo sorpresa, se lo envió al susodicho.

Podría dar miles de ejemplos, pero seguiríamos en el apartado “errores”. Pues bien, también los hay no erróneos, que suelen provocar un arrebato instantáneo de arrepentimiento en el mismo momento en que se pulsa el dichoso botoncito verde. Yo normalmente no me arrepiento, salvando la llamada “excepción alcohólica”.

Este caso se ha extendido de forma alarmante en los últimos tiempos. Hace dos años estaba en la playa y un amigo y yo nos prometíamos cada noche salir sin el móvil, sabiendo de sus nefastas consecuencias. Desde entonces, siempre que nos vemos nos informamos mutuamente de las hazañas pasadas y lo triste es que cada uno habremos mandado al otro más de un “etílico” mensaje… Pero lo más duro, sin duda, llega a la mañana siguiente, esa maravillosa carpeta de nombre “elementos enviados” es testigo mudo de unos irrefrenables deseos de negación e incluso incredulidad ante tamañas atrocidades.

Y es que las palabras se las lleva el viento, pero los mensajes siempre se pueden guardar. Incluso en el corazón. El mío, está lleno…

5 comentarios

chill -

Estas desaparecida?

Ineiah -

Chica! Qué bueno, me ha encantado :)

Corazòn... -

Holas Clo ;)

Bueno sì, las palabras suelen llevarselas el viento...perooo el contenido, el significado pocas veces, y como dices tù, las vas guardando en el pensamiento...en el corazòn...
Oye, has escuchado que dice una frase; Mas vale una mala ortografia (como la mìa) que una brillante memoria?

Pos nada...aunque a veces la ciencia nos agobia...simplemente no podrìamos ya vivir sin ella no te parece?
Un saludo.

;o)

Lyzzie -

Buenoooo!! Pues a mí el móvil ya no me pilla pq el mio como q es un poco troncomóvil y además con la batería chunga, así que...Otra arma de destrucción masiva...el mail ¬¬...´que tb lleva a pequeños errores a la hora de enviar ¬¬ Besitos!!

chill -

Hay que vigilar con los arrebatos de ira, que estos eran mi perdición.
Hoy no tengo post. Mañana guapa!